Es el único tratamiento científicamente demostrado usado desde 1911, que es capaz de evitar el desarrollo de asma, controlar alérgenos ( partículas ambientales) difíciles de evitar en el medio ambiente, reduce la frecuencia de recaídas y la necesidad de medicamentos, actuando en el sistema inmunológico disminuyendo la sensibilidad del paciente al administrar dosis cada vez mayores de las sustancias contra las cuales es alérgico, aumentando su resistencia natural a los alérgenos que le causan su alergia.