Causas
Las contusiones suelen producirse al sufrir un traumatismo directo o repetido de un objeto romo sobre un músculo, produciendo daño de las fibras musculares y el tejido conjuntivo subyacentes, sin producir la ruptura de la integridad de la piel. Al lesionarse estas fibras musculares ocurre de forma simultanea la ruptura de vasos sanguíneos de la región afectada, produciendo la extravasación y el acúmulo de sangre en el músculo.
Los signos y síntomas más comunes de una contusión muscular son:
Después de hablar sobre sus antecedentes personales, su ortopedista le preguntará qué síntomas tiene y desde cuando los presenta, si sufrió alguna lesión o si la asocia con algún traumatismo reciente en la región afectada.
Posteriormente, su ortopedista examinará la región afectada, en busca de moretones o indicios de algún traumatismo directo. Después palpará la zona afectada en busca de puntos dolorosos o alguna otra alteración. Su ortopedista también podría realizar algunas maniobras diagnósticas, que ayudarán a realizar un mejor diagnóstico diferencial.
Los estudios de imagen, como el ultrasonido, la resonancia magnética y la tomografía computarizada, son de utilidad para valorar la presencia de edema e inflamación en sus músculos, así como la presencia de lesiones asociadas en huesos o articulaciones cercanas a la zona del traumatismo.
Para controlar el dolor, el sangrado y la inflamación de la zona afectada se recomienda utilizar el protocolo RICE:
La mayoría de los atletas con contusiones musculares mejoran con estas medidas. Su ortopedista podría recetarle un analgésico como el ibuprofeno o naproxeno para ayudar a disminuir el dolor.
Si usted tiene un hematoma de gran tamaño que no se reabsorbe después del paso de algunos días, su ortopedista podría optar por drenarlo quirúrgicamente para acelerar la cicatrización de los tejidos lesionados.
Después de que la inflamación haya disminuido lo suficiente, su ortopedista podría indicarle algunas medidas para comenzar su periodo de rehabilitación. En este periodo se aumentará de forma progresiva la carga de trabajo a la región afectada, evitando la sobrecarga de trabajo para prevenir complicaciones.
La mayoría de los pacientes se recuperan de forma satisfactoria de una contusión muscular, permitiendo el retorno a las actividades deportivas previas a la lesión.
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Las contusiones suelen producirse al sufrir un traumatismo directo o repetido de un objeto romo sobre un músculo, produciendo daño de las fibras musculares y el tejido conjuntivo subyacentes, sin producir la ruptura de la integridad de la piel. Al lesionarse estas fibras musculares ocurre de forma simultanea la ruptura de vasos sanguíneos de la región afectada, produciendo la extravasación y el acúmulo de sangre en el músculo.
Los signos y síntomas más comunes de una contusión muscular son:
Después de hablar sobre sus antecedentes personales, su ortopedista le preguntará qué síntomas tiene y desde cuando los presenta, si sufrió alguna lesión o si la asocia con algún traumatismo reciente en la región afectada.
Posteriormente, su ortopedista examinará la región afectada, en busca de moretones o indicios de algún traumatismo directo. Después palpará la zona afectada en busca de puntos dolorosos o alguna otra alteración. Su ortopedista también podría realizar algunas maniobras diagnósticas, que ayudarán a realizar un mejor diagnóstico diferencial.
Los estudios de imagen, como el ultrasonido, la resonancia magnética y la tomografía computarizada, son de utilidad para valorar la presencia de edema e inflamación en sus músculos, así como la presencia de lesiones asociadas en huesos o articulaciones cercanas a la zona del traumatismo.
Para controlar el dolor, el sangrado y la inflamación de la zona afectada se recomienda utilizar el protocolo RICE:
La mayoría de los atletas con contusiones musculares mejoran con estas medidas. Su ortopedista podría recetarle un analgésico como el ibuprofeno o naproxeno para ayudar a disminuir el dolor.
Si usted tiene un hematoma de gran tamaño que no se reabsorbe después del paso de algunos días, su ortopedista podría optar por drenarlo quirúrgicamente para acelerar la cicatrización de los tejidos lesionados.
Después de que la inflamación haya disminuido lo suficiente, su ortopedista podría indicarle algunas medidas para comenzar su periodo de rehabilitación. En este periodo se aumentará de forma progresiva la carga de trabajo a la región afectada, evitando la sobrecarga de trabajo para prevenir complicaciones.
La mayoría de los pacientes se recuperan de forma satisfactoria de una contusión muscular, permitiendo el retorno a las actividades deportivas previas a la lesión.
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Las contusiones suelen producirse al sufrir un traumatismo directo o repetido de un objeto romo sobre un músculo, produciendo daño de las fibras musculares y el tejido conjuntivo subyacentes, sin producir la ruptura de la integridad de la piel. Al lesionarse estas fibras musculares ocurre de forma simultanea la ruptura de vasos sanguíneos de la región afectada, produciendo la extravasación y el acúmulo de sangre en el músculo.
Los signos y síntomas más comunes de una contusión muscular son:
Después de hablar sobre sus antecedentes personales, su ortopedista le preguntará qué síntomas tiene y desde cuando los presenta, si sufrió alguna lesión o si la asocia con algún traumatismo reciente en la región afectada.
Posteriormente, su ortopedista examinará la región afectada, en busca de moretones o indicios de algún traumatismo directo. Después palpará la zona afectada en busca de puntos dolorosos o alguna otra alteración. Su ortopedista también podría realizar algunas maniobras diagnósticas, que ayudarán a realizar un mejor diagnóstico diferencial.
Los estudios de imagen, como el ultrasonido, la resonancia magnética y la tomografía computarizada, son de utilidad para valorar la presencia de edema e inflamación en sus músculos, así como la presencia de lesiones asociadas en huesos o articulaciones cercanas a la zona del traumatismo.
Para controlar el dolor, el sangrado y la inflamación de la zona afectada se recomienda utilizar el protocolo RICE:
La mayoría de los atletas con contusiones musculares mejoran con estas medidas. Su ortopedista podría recetarle un analgésico como el ibuprofeno o naproxeno para ayudar a disminuir el dolor.
Si usted tiene un hematoma de gran tamaño que no se reabsorbe después del paso de algunos días, su ortopedista podría optar por drenarlo quirúrgicamente para acelerar la cicatrización de los tejidos lesionados.
Después de que la inflamación haya disminuido lo suficiente, su ortopedista podría indicarle algunas medidas para comenzar su periodo de rehabilitación. En este periodo se aumentará de forma progresiva la carga de trabajo a la región afectada, evitando la sobrecarga de trabajo para prevenir complicaciones.
La mayoría de los pacientes se recuperan de forma satisfactoria de una contusión muscular, permitiendo el retorno a las actividades deportivas previas a la lesión.
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Las contusiones suelen producirse al sufrir un traumatismo directo o repetido de un objeto romo sobre un músculo, produciendo daño de las fibras musculares y el tejido conjuntivo subyacentes, sin producir la ruptura de la integridad de la piel. Al lesionarse estas fibras musculares ocurre de forma simultanea la ruptura de vasos sanguíneos de la región afectada, produciendo la extravasación y el acúmulo de sangre en el músculo.
Los signos y síntomas más comunes de una contusión muscular son:
Después de hablar sobre sus antecedentes personales, su ortopedista le preguntará qué síntomas tiene y desde cuando los presenta, si sufrió alguna lesión o si la asocia con algún traumatismo reciente en la región afectada.
Posteriormente, su ortopedista examinará la región afectada, en busca de moretones o indicios de algún traumatismo directo. Después palpará la zona afectada en busca de puntos dolorosos o alguna otra alteración. Su ortopedista también podría realizar algunas maniobras diagnósticas, que ayudarán a realizar un mejor diagnóstico diferencial.
Los estudios de imagen, como el ultrasonido, la resonancia magnética y la tomografía computarizada, son de utilidad para valorar la presencia de edema e inflamación en sus músculos, así como la presencia de lesiones asociadas en huesos o articulaciones cercanas a la zona del traumatismo.
Para controlar el dolor, el sangrado y la inflamación de la zona afectada se recomienda utilizar el protocolo RICE:
La mayoría de los atletas con contusiones musculares mejoran con estas medidas. Su ortopedista podría recetarle un analgésico como el ibuprofeno o naproxeno para ayudar a disminuir el dolor.
Si usted tiene un hematoma de gran tamaño que no se reabsorbe después del paso de algunos días, su ortopedista podría optar por drenarlo quirúrgicamente para acelerar la cicatrización de los tejidos lesionados.
Después de que la inflamación haya disminuido lo suficiente, su ortopedista podría indicarle algunas medidas para comenzar su periodo de rehabilitación. En este periodo se aumentará de forma progresiva la carga de trabajo a la región afectada, evitando la sobrecarga de trabajo para prevenir complicaciones.
La mayoría de los pacientes se recuperan de forma satisfactoria de una contusión muscular, permitiendo el retorno a las actividades deportivas previas a la lesión.
" />Traumatólogos
No. de cédula: 5190452
Los atletas que practican deportes de contacto son muy susceptibles a sufrir una contusión muscular (también conocida como hematoma muscular). Un hematomaes un acumulo de sangre en algún sitio anatómico. En el caso de las contusiones musculares, el acumulo de sangre tiene lugar en los músculos.
Las contusiones suelen producirse al sufrir un traumatismo directo o repetido de un objeto romo sobre un músculo, produciendo daño de las fibras musculares y el tejido conjuntivo subyacentes, sin producir la ruptura de la integridad de la piel. Al lesionarse estas fibras musculares ocurre de forma simultanea la ruptura de vasos sanguíneos de la región afectada, produciendo la extravasación y el acúmulo de sangre en el músculo.
Los signos y síntomas más comunes de una contusión muscular son:
Después de hablar sobre sus antecedentes personales, su ortopedista le preguntará qué síntomas tiene y desde cuando los presenta, si sufrió alguna lesión o si la asocia con algún traumatismo reciente en la región afectada.
Posteriormente, su ortopedista examinará la región afectada, en busca de moretones o indicios de algún traumatismo directo. Después palpará la zona afectada en busca de puntos dolorosos o alguna otra alteración. Su ortopedista también podría realizar algunas maniobras diagnósticas, que ayudarán a realizar un mejor diagnóstico diferencial.
Los estudios de imagen, como el ultrasonido, la resonancia magnética y la tomografía computarizada, son de utilidad para valorar la presencia de edema e inflamación en sus músculos, así como la presencia de lesiones asociadas en huesos o articulaciones cercanas a la zona del traumatismo.
Para controlar el dolor, el sangrado y la inflamación de la zona afectada se recomienda utilizar el protocolo RICE:
La mayoría de los atletas con contusiones musculares mejoran con estas medidas. Su ortopedista podría recetarle un analgésico como el ibuprofeno o naproxeno para ayudar a disminuir el dolor.
Si usted tiene un hematoma de gran tamaño que no se reabsorbe después del paso de algunos días, su ortopedista podría optar por drenarlo quirúrgicamente para acelerar la cicatrización de los tejidos lesionados.
Después de que la inflamación haya disminuido lo suficiente, su ortopedista podría indicarle algunas medidas para comenzar su periodo de rehabilitación. En este periodo se aumentará de forma progresiva la carga de trabajo a la región afectada, evitando la sobrecarga de trabajo para prevenir complicaciones.
La mayoría de los pacientes se recuperan de forma satisfactoria de una contusión muscular, permitiendo el retorno a las actividades deportivas previas a la lesión.
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